jueves, 30 de julio de 2015

 

STEFANINI, NISMAN Y LA CIA

SANTA FE-ARGENTINA Resulta evidente que existen casos policiales a los cuales los medios formadores de opinión, no les preocupa que se recuerden o descubran. Ellos sabrán por qué... Lo cierto es que de la desaparición de Damián Stefanini, prácticamente ningún periodista habla. Su caso ocupó a los medios por unas jornadas, vinculándolo a negocios ‘extraños’, como lo son el manejo de dinero sin conocerse su procedencia, la compra-venta de cheques, negocios con dólares y hasta transacciones de barcos. Se adujo que debía dinero, que ‘manejaba’ importantes sumas de terceros “pesados”. Lo concreto que este hombre salió de su casa el 17 de octubre (vaya fecha para los argentinos), y nunca más se supo de él. Se afirmó que...: iba a una reunión de trabajo. Que el auto en el que se conducía, apareció abandonado un par de días después en el Partido de Vicente López. Hoy por hoy, no existe ninguna pista firme. Algún medio salió a informar que un ‘investigador privado’ había sido contratado por acreedores, para buscarlo. Que éste lo halló en Paraguay, con la fisonomía cambiada y con otra identidad, pero que al no recibir el pago convenido por los acreedores (de Stefanini), abandonó la causa. Un disparate por donde se lo analice. La mañana en que desapareció, estuvo en un astillero en la zona de San Fernando, donde le atendían un barco de su propiedad (que figura a nombre de una sociedad anónima). Nada más. Se habló de una venganza por no pagar una deuda, pero nunca se aportó probanza alguna. Por otra, si a causa de ello fue asesinado, lo cierto es que el acreedor sabía que no iba a cobrar nunca más... Algo descabellado, pues más allá de un enojo, todo acreedor lo que quiere es recuperar su dinero. Se afirmó que...: el principal ingreso que tenía Stefanini era la venta de reposeras y sombrillas con publicidad. Eso afirmó la familia, y varios medios. El tema es que resulta poco creible que con dicha actividad pudiera llevar el ritmo de vida que ostentaba, y sus inversiones... Lo más cercano a la verdad está en que él manejaba dineros no declarados por sus dueños. Maniobras y negociaciones en un mercado financiero paralelo, poderosísimo, que existe en suelo porteño. Con mesas de dinero, ida y vuelta de dólares y la existencia de sociedades anónimas fantasmas. Stefanini se movía en un costoso Audi A4, que al momento de ir al astillero, conducía otra persona; de ella, nada se sabe. Fue dicha misteriosa persona la que abandonó el coche...? Las filmaciones donde –al parecer- es su Audi el que circula por diferentes arterias, no son claras y poco aportaron a la causa. Uno de los interrogantes es porqué quien dejó estacionado el auto (a las 11.24 del 17 de octubre en Roca al 2300, en Florida) lo hizo tan cerca de la oficina del contador de Stefanini. Fue una simple casualidad, o por el contrario una causalidad (y mensaje)... Este hombre del ahora nadie habla, es víctima o por el contrario ha hecho un montaje, perfectamente armado y organizado con tiempo, como para marcharse y vivir cómodamente (acompañado de varios millones de dólares, que nadie puede oficialmente reclamar) en algún lugar del mundo...? O en verdad se asiste a un entrecruzamiento de acciones de la CIA, Alberto Nisman, la Secretaría de Informaciones (argentina) y empresas fantasmas...? Porque debe saberse que en la caja de seguridad del departamento del edificio Le Park (donde habitaba el fiscal) apareció una fotocopia de un cheque de 200.000 dólares. El mismo fue librado desde una cuenta en el Bank of America (de Miami) y que se habrían depositado en la cuenta secreta de Nisman en el banco Merrill Lynch (de Nueva York). El titular de la cuenta desde la cual se emitió el cheque es Claudio Alejandro Picón (el dueño de la camioneta Audi que usaba el fiscal; unidad estacionada en Le Parc desde la noche que se descubrió el cuerpo de Nisman). Se trata de un personaje al que se sindica relacionado con firmas estadounidenses dedicadas a ‘tareas’ la seguridad. O sea: contratistas de los servicios de Inteligencia de Estados Unidos. Pero lo llamativo es que en el tercer trimestre de 2013 (según se afirma en el diario Página 12 del 27-7-2015), apareció en la cuenta de Nisman un depósito de 150.000 dólares realizado por... Damián Carlos Stefanini. Si. El mismo Stefanini desaparecido el 17 de octubre de 2014 (vaya fecha de repercusión para el peronismo...). No se sabe cuál era la relación de este misterioso ‘empresario’ y Nisman, Pero nadie puede negar que dicha relación estrechísima existía. Para corroborarlo existen 150.00 razones!. Fue solo una relación de especulación con dineros negros, provenientes del lavado o de maniobras con servicios de inteligencia locales e internacionales...? O fue un pago por “servicios” prestados...? Existió una “diferencia” del dinero, y ‘algo’ se perdió en el camino...? O la muerte de Stefanini fue una preparación inicial, que tuvo su continuidad en el forzamiento a que fue llevado Nisman para suicidarse...? Lo concreto es que ambos están muertos. Del primero, nadie se preocupa. Del segundo muchos se preocuparon, pero para usarlo en una escandalosa maniobra contra el gobierno nacional. Mientras tanto trascendió que la cuenta bancaria de Nisman en el Merryll Lynch, tiene un saldo de... más de medio millón de dólares!. Suma por demás de importante, para que pueda ser justificada por el hombre de la justicia. Una cifra que no se puede justificar con los ingresos mensuales del fiscal (que eran cercanos a los 100 mil pesos); sueldo por demás de elevado si lo era, pero que a tenor de su altísimo nivel de vida, le resultaba insuficiente... Se habla de dineros que no tienen cita alguna en la declaración jurada; porque vale recordar que Nisman sólo declaraba tener como ingresos, sus haberes como hombre de la justicia. Pero evidentemente, de algún lado obtenía otros elevados ingresos. Se afirma que junto a la fotocopia del cheque por 200.000 dólares hallados en la caja de seguridad del departamento de Nisman, había 4 pasaportes. Nada se ha ampliado sobre esta llamativa irregularidad. A nombre de quienes estaban...? Eran personas físicas o documentos falsos...? De cualquier forma, sea una u otra la respuesta, debería indagarse porqué estaban en dicho lugar. En cuanto a la cuenta bancaria estadounidense del banco Merrill Lynch, ella estaba a nombre de: la madre de Nisman, Sara Garfunkel, la hermana del fiscal, Sandra Nisman, y empleado el informático Diego Lagomarsino. De todos ellos, Nisman aparecía como el apoderado. Era el autorizado a manejar dicha cuenta. Respecto al misterioso Claudio Alejandro Picón (ya declaró ante la fiscal Viviana Fein), es, junto a su hermano Fabián Picón, el dueño de Palermopack S. A. Se trata de la empresa a cuyo nombre estaba registrada la camioneta Audi Q5, que manejaba Nisman. Al declarar, Picón afirmó que ellos se dedicaban a comprar autos de lujo para prestarles a amigos... Una explicación realmente llamativa. Porque se estaría ante el caso de un auténtico mecenas. Si bien la explicación resulta burda, también es sospechosos que ‘el préstamo’ de autos –como en el caso de Nisman- se hacía sin la provisión de los correspondientes papeles que acreditaran el préstamo o el uso. Nisman utilizaba el Audi sin papeles, violando las normas nacionales. Llamativo en un hombre de la justicia, incumpliendo pues la camioneta no estaba a su nombre. Casi se podría pensar que él apelaba a su cargo, para hacer abuso de autoridad... Mientras tanto, se analiza en la justicia si se están ante claras operaciones de lavado de dinero. Existían varias empresas en las que figura la madre de Nisman, Sara Garfunkel. Inclusive en un fideicomiso de una construcción de departamentos en Avenida Dorrego, también aparece... Picón. En la investigación del lavado no está imputado Nisman porque falleció... Ambos Picón aparecen en sociedad con Eugenio Pipo Ecke. Este último estuvo relacionado con Frank Holder. Ambos a cargo de la seguridad del grupo empresario Exxel. Y relacionados con los servicios de inteligencia de EEUU. Con lo que se puede concluir que Nisman conducía una camioneta de contratistas de la CIA. Además, Nisman era ‘socio’ del espía argentino Jaime Stiuso. Este último, íntimamente ligado a la CIA. Todo va cerrando; todo tiene que ver con todo. Lo cierto es que se va demostrando que Nisman manejaba dineros oscuros; manejaba una cuenta bancaria en EEUU; administraba propiedades en Punta del Este, fideicomisos en la capital argentina... pero nada estaba a su nombre (¡!). No es causalidad que Nisman estuviera relacionado con Paul Singer (a la cabeza de los fondos buitre a través de NML Capital) y a la Fundación de Defensa de la Democracia (sustentada por el Partido Republicano USA). Dentro de estos manejos sospechosos y oscuros de dinero que no se sabe de dónde provienen ni hacia dónde van, se sabe de un depósito de 150.000 dólares realizado (en el Merrill Lynch), a nombre de Damián Stefanini... Quien en su momento informó a la justicia sobre la cuenta bancaria de la que Nisman era apoderado, fue su ex cónyuge Sandra Arroyo Salgado. La misma, que como jueza Federal de San Isidro, tiene a su cargo la causa por la desaparición de... Damián Stefanini. Está caratulado como “secuestro extorsivo” (pues existen llamadas de falsos secuestradores que quisieron cobrar un rescate). Parecería que lo que en verdad se buscó con semejante maniobra, fue desviar la atención del caso de una forma muy evidente. Es decir que Arroyo Salgado investiga la desaparición de Stefanini que mantenía vínculos con su ex cónyuge. El tema que se preguntan algunos es si ha sido una simple casualidad que el caso Stefanini cayera en el juzgado Federal de San Isidro, o si por el contrario, forma parte de una macabra y organizada maniobra. La situación se agrava a la hora de investigar, pues se deben pedir informes a bancos estadounidenses, que por un lado, pueden tomarse años para responder. Y por otro nadie puede asegurar que lo que respondan sea verdadero. Más bien puede sospecharse que responderán según los intereses de su país, y las recomendaciones que desde la CIA les hagan llegar.





 

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