martes, 9 de junio de 2015

NISMAN – AMIA. “Moshen Rabbani compró la (supuesta) Trafic-bomba”, afirma experto yanqui-israelí


Desesperación imperial por el derrumbe de la Historia Oficial II


Hace meses que voceros habituales de la disuelta Secretaría de Inteligencia susurran en los rincones que existe un escucha entre Carlos Telleldín y quien fuera el agregado cultural de la embajada iraní, Moshen Rabbani. Aseguran seguidamente que eso dará un vuelco copernicano a la causa. Son pamplinas. Aun cuando ese audio existiera -lo que no creo- de por si no probaría nada porque es natural que las víctimas de una misma persecución terminen por comunicarse entre si (si yo, después de veinte años, me comunicara con algun iraní, no tendría nada de raro). Sin embargo, parece que los superexpertos de los Estados Unidos no sólo producen sino que también comen lo que excretan, pues afirman dislates semejantes.
Recomiendo leer con atención la opinión que con el títulos “La causa AMIA, en puntos suspensivos” (pueden cliquear o bien leerla debajo) le publicó hoy Clarin a Mathew Levitt, un analista de inteligencia que pasa por ser el mayor experto en “el terrorismo” de Hezbolá e Irán (acaba de publicar su primer libro sobre este tema) con muchos títulos y pergaminos de universidades yanquis y de Israel. No van a encontrar más que generalidades, en general mentiras muy fáciles de descubrir, lo que desnuda la miseria conceptual del Imperio en su lucha por mantener en pie el encubrimiento acerca de cómo, quienes y por qué volaron la Embajada de Israel y la sede de la DAIA-AMIA. Es decir, La Historia Oficial II, pergeñada por el tándem Stiuso-Nisman para salvar lo esencial de la derrumbada Historia Oficial I erigida por Galeano-Mullen-Barbaccia bajo la batuta de Corach-Beraja-Anzorreguy (es decir, Menem). Levitt afirma que esa manganeta “dejo claro, con sumo detalle” que Irán y Hezbola protagonizaron el segundo ataque, a pesar de que no hay un sola prueba de ello. Para colmo, agrega que “las restantes teorías … fueron investigadas cuidadosamente… y cerradas por falta de pruebas”, un chiste sin gracia. El agente Levitt abre luego el paraguas al macanear que los pobres dirigentes de “la cole” ¡y los familiares de las víctimas! están siendo amenazados/as “con acusaciones falsas que incluyen lavado de dinero, obstrucción de la justicia, e incluso traición”, en alusión a las comprabaciones de que Nisman no sólo trabajaba por cuenta de los servicios de inteligencia locales, sino también de los extranjeros.
Pero lo más demencial, como ya adelentamos, que es asegura que esta probado que no sólo Moshen Rabbani dirigía una red continental de espias iraníes, sino también que compró la supuesta camioneta-bomba que habría volado la DAIA-AMIA.
Para más escarnio, termina denunciando que está en marcha una conspiración dirigida por  “un fugitivo de la justicia iraní”, Entedemos que ha de ser un error de traducción y querrá decir “un iraní profugo de la justicia”. En cualquier caso, Levitt debería leer un poco más y/o despedir a su asesor y/o dejar de comer, fumar o beber esas cosas.
JS
PS. Telleldín dice que no conoce personalmente ni jamás habló por teléfono con Rabbani. Curándose en salud, dice que fue el abogado de un ex embajador de Túnez, un tal Mohamed (no entendí el apellido) al que le habrían cortado las manos en aplicación de la sharia o ley islámica “porque se casó con una rusa” y al que le negaban el asilo, que él logró que se le concediera. Sospecha que como el hombre hablaba español con mucho acento árabe quizá pueda hacerse un montaje. Y hablando de intervenciones de teléfonos, dice que innominados servis le hackearon recientemente sus tres I-phones. haciendo con ellos llamadas al exterior por unos 600 pesos como acaba de denunciar en sede judicial

DEBATE: La causa AMIA, en puntos suspensivos


Mathew Levitt
Como una variación moderna de Alicia en el país de las Maravillas, la investigación del atentado terrorista contra el centro de la comunidad judía AMIA se ha aventurado hacia lo desconocido; una metáfora sobre el ingreso a una dimensión desconocida y confusa donde la lógica se suspende y la fantasía se convierte en realidad.
En menos de dos meses se recordará el vigésimo primer aniversario del atentado a la AMIA, el asesinato de 85 personas y muchas más heridas. La investigación original estuvo enturbiada por la negligencia judicial, que incluyó soborno a testigos. Una investigación posterior descartó todas las pistas y dejó en claro, con sumo detalle, que Irán y Hezbolá perpetraron el atentado de 1994 contra AMIA.
Las restantes teorías -la conexión siria, un complot extremista judío, contrabandistas de armas de la extrema derecha argentina- fueron investigadas cuidadosamente, desprestigiadas, y cerradas por falta de pruebas.
Entretanto, se reforzaban las pruebas que revelaban los roles precisos desempeñados por efectivos de Hezbolá como Salman al-Reda, y agentes iraníes como Mohsen Rabbani. Personalmente documenté gran parte de las pruebas que revelaban los roles de Irán y Hezbolá en el atentado en mi reciente libro “Hezbolá: las huellas en el mundo del partido de Dios”.
Ahora, sin embargo, intereses creados en Argentina parecen ansiosos por encubrir esta prueba, pero no plantean objeciones a la abrumadora y detallada evidencia sino manchando la reputación del fiscal federal Alberto Nisman incluso después de su aparente asesinato.
Estos sectores poderosos están intimidando a las víctimas del atentado a la AMIA, a miembros de la comunidad judía argentina, y amenazando con acusaciones falsas que incluyen lavado de dinero, obstrucción de la justicia, e incluso traición.
Entretanto, algunos de los iraníes imputados por las autoridades argentinas por sus roles en el atentado a la AMIA se sienten cómodos en este nuevo ámbito de Alicia en el país de las Maravillas -en gran medida resultado del Memorándum de entendimiento firmado con Teherán que pretendía poner en marcha una “Comisión de la verdad”- y aparecen en la televisión local insistiendo que las acusaciones contra ellos son sólo mentiras.
Ali Akbar Velayati, ministro de Relaciones Exteriores de Irán en 1994 y actualmente asesor del Líder Supremo de Irán, rehusó presentarse ante un tribunal argentino pero dijo al canal de televisión C5N que las acusaciones en su contra representan una “acusación infundada”, y agregó que Argentina está “bajo la influencia del sionismo y de Estados Unidos”.
Peor aún, el hombre descripto en su momento por las autoridades argentinas como impulsor del atentado a la AMIA, Mohsen Rabbani, declaró ante la televisión argentina que la investigación de Nisman se basaba solamente en “los inventos de los diarios sin prueba alguna contra Irán”. De hecho, la prueba más poderosa contra Irán fue la evidencia del propio rol de Rabbani en el complot, desde gestionar una red de agentes de inteligencia en Buenos Aires hasta comprar el vehículo usado como autobomba en el atentado.
Y permanece activo: según llamadas telefónicas interceptadas, incluidas en las investigaciones más recientes de Nisman, agentes iraníes en Argentina actuando por orden de Rabbani y reportándose directamente a él estaban conspirando para fraguar “nuevas pruebas” para suplantar la evidencia real recogida en la causa.
Y aquí estamos, en esta aventura hacia lo desconocido, mientras un fugitivo de la justicia iraní coordina una conspiración para socavar la investigación de las autoridades policiales argentinas del asesinato de 85 civiles en el centro de Buenos Aires. No debe sorprendernos que mucha gente se refiera a Nisman como la víctima número 86 del atentado a la AMIA.
AMIA – NISMAN: El enigma del fiscal Martínez Burgos



Fue el adjunto de Nisman cuando comenzó a funcionar la UIF-AMIA y firmó el famoso y nada leído dictamen de 801 páginas en el que se acusó al gobiermo de Irán, viajó con Nisman a interrogar a los hermanos del supuesto chofer suicida de la supuesta Trafic-bomba y se horrorizó cuando Nisman dijo lo más campante que habían podido confirmar su existencia cuando había sucedido todo lo contrario. Después, Marcelo Martínez Burgos renunció, se fue silenciosamenre. Nunca dio la cara, sigue siendo fiscal y por lo visto a los grandes medios no les interesa preguntarle nada.


POR DANIEL SCHNITMAN (ESPECIAL PARA PÁJARO ROJO)
El bombazo en la AMIA/DAIA no termina de estallar. Además de las victimas (fallecidos, heridos, familiares y amigos)  cayó  un juez (Juan Galeano) y quedó otro a la intemperie (Claudio Bonadío) y todavía (aunque se intentó ocultarlo) se está a tiempo de enlazar a otro fiscal: Marcelo Martínez Burgos. Se trata del adjunto de la fiscalía especial creada para seguir el atentado. Es decir, el co-fiscal  de Alberto Nisman.
Juan Salinas (el pájaro, o pajarorojo, periodista, investigador) suele estar siempre ocupado. Escribe, corrige, borra, cuestiona, recibe llamadas, explica, le da de comer a su viejo perro, putea porque se le colgó la PC, vuelve a escribir,  y larga todo. Tiene una reunión con un “under” que le va a contar lo que no se sabe de los atentados. Vuelve a la hora, cansado, despeinado y vacio. Nada nuevo bajo el sol. Salinas ya lo sabía.
Hace uno días encontré entre mi desprolijo archivo un viejo VHS, uno que anduve buscando por todos lados, menos allí, donde estaba. En ese video, Nisman (el Eliot Ness de Pilar Rahola), habla en mi programa LA VOZ TV . (Se puede ver en lavozjudia.com). acompañado por su lugarteniente Marcelo Martínez Burgos. No dudé, esos testimonios. son para el pájaro Salinas.
La causa AMIA se devora fiscales (y jueces).  El destituido Juan José Galeano, autor de la mentada “Se van a caer de espaldas” y los fiscales Mullen y Barbaccia van a juicio oral por encubrimiento a partir del 6 de agosto próximo. Alberto Nisman, el alumno aplicado de la trama oficial, se fue (se suicidó agobiado). Canicoba Corral , el magistrado que ordenó la detención ( a pedido de la fiscalía) de los funcionarios iraníes, sigue en pie.
Salinas nos decía en una nota del  24 de mayo pasado: “Ya de movida, al ser puesto al frente de una nueva UIF-AMIA dotada de plenos recursos en febrero del 2005, el fiscal Alberto Nisman tenía claro que debía echarle la culpa del atentado a Teherán, y que cualquier cosa que hiciera debía estar conforme con la SIDE y los servicios de inteligencia amigos de ésta, es decir, la CIA y el Mossad. Ya de movida, había aceptado que sólo podía buscar cómplices del encubrimiento en la Policía Federal (con muchos límites) y en un único “sirio” Alberto Jacinto Kanoore Edul… al que nunca pudo probarle que hubiera tenido la supuesta Trafic bomba… porque nunca existió. Cuando quiso salirse un poco de este corsé asfixiante que le impedía siquiera hacer como que investigaba y pretendió acusar de encubrimiento a Carlos y Munir Menem, tal como revelaron los despachos del Wikileaks publicados por Santiago O’Donnell, en la Embajada de los Estados Unidos le dieron un moquete en el morro ordenándole que se limitara a velar porque el gobierno de Irán no saliera nunca del foco. Este programa de “La Voz y la Opinión” de mediados de 2005, a apenas cuatro meses del inicio de las tareas de la UIF, permite comprobar fehacientemente que –además de que Nisman era un guitarrero que mezclaba géneros como la cháchara con la sanata- ya desde entonces era una marioneta del hoy prófugo Stiuso (repite en dos oportunidades el escándalo que supuso para los servis de todas las latitudes que el renunciante ministro de Justicia, Gustavo Béliz, hubiera enseñado su rostro en un programa de la TV abierta, y sus ingentes esfuerzos para revertir ese descrédito ) y se dedicó a compatibilizar los “papers” de la SIDE, la CIA y el Mossad con el objetivo de apuntar a la Triple Frontera, a Hezbolá y especialmente a Irán, desechando cualquier hipótesis contradictoria. El conductor, Daniel Schnitman, invitó al programa en esa oportunidad al fallecido Carlos De Nápoli –con quien escribí el que es hasta ahora mi mejor libro, Ultramar Sur-, a Horacio Lutzky (abogado, ex director del periódico Nueva Sión y ex jefe de prensa de la AMIA) y a los fiscales Nisman y Marcelo Martínez Burgos (es la primera vez que le veo la cara, me encantaría que alguien me informara bien por qué se fue de la UIF)”
Curioso y expeditivo, Salinas vio el hueco, se llama Marcelo Martínez Burgos. He aquí lo que nadie (salvo el pájaro rojo y quien escribe), quiso ver. Un hecho borrado adrede ( se le escapó al Juez Canicoba Corral?), para seguir ocultando la verdad.
De cuando investigaban a Martínez Burgos
El titular del gobierno de Teherán en la Argentina,  Moshen Baharvand, diseñó distintos planes de acción como respuesta al pedido de captura elevado por el juez Canicoba Corral. Uno de ellos fue la contratación de un equipo de abogados para defender a los funcionarios imputados por los fiscales y el juez. Entre los estudios cuyos servicios pensaron contratar los iraníes estuvo el de Juan Martín Cerolini, Ricardo Montemurro y asociados. Cerolini, jefe del estudio, tuvo una participación destacada en el juicio oral que terminó con las absoluciones de la llamada conexión local. La estrategia defensiva de los abogados fue, según la información que trascendió del propio estudio, la previsible: plantear la debilidad de la prueba aportada por Nisman y Martínez Burgos hasta hacer caer la causa. En el ambiente tribunalicio corrió la versión,  de que se habían acordado honorarios por 6 millones de dólares por todo concepto. Todo fue para atrás por una orden llegada desde la República islámica de Irán. No se designaría a ningún abogado en la causa porque de eso derivaría aceptar la jurisdicción argentina en el caso, algo que nunca se acordó.
La idea pues, era quebrar la acusación produciendo una crisis política entre los magistrados de la investigación. El objetivo: hacer renunciar a Martínez Burgos y dar a entender a través de ella una disidencia general con los argumentos empleados para acusar al gobierno persa. Justamente,  para llegar hasta Martínez Burgos se usaría al mismo Cerolini, es decir, el abogado descartado de la estrategia inicial. Recordemos: Cerolini y Martínez Burgos mantienen una vieja relación amistosa que llega hasta lo familiar (algo muy común entre abogados y servicios).
Nisman se enteró así de lo que nunca había sospechado: los contactos entre su segundo y la embajada de Irán, con Cerolini de intermediario. Hasta allí, el fallecido Nisman, había creído esa historia (una más)  de que su colaborador se había borrado por «fatiga mental». Ahora, pasado el tiempo, existe la convicción de que todo fue obra de una operación política (y comercial, claro) – sobre el fiscal adjunto para intentar el desmoronamiento de la causa y abrir una grieta entre los funcionarios que la deberían haber investigado.
Esto hubiera merecido (por lógica), una denuncia penal contra el fiscal Martínez Burgos. Todo indicaba (hasta a algunos colaboradores directos)  que las pruebas que se aportaría en su contra serian definitorias:”negociaciones incompatibles con la función pública y prevaricato”
Quedan dos preguntas, (quizás el pájaro encuentre las respuestas)  por qué razón el fiscal adjunto se manejó con la imprudencia de un novato en esta instancia y por qué nadie, nunca más, se ocupo del tema.
lavozjudia.com

jueves, 4 de junio de 2015

SE VIENE EL HOMENAJE A MENEM - TOMA  EX AGENTE CIA - MOSAD

MIGUEL A TOMA EX JEFE DE LA SIDE  autor de la imputación a IRAN fue el que trajo de EEUU el informe de la CIA que EEUU reconoce como falso, TOMA después del juicio a MENEM será imputado de Encubrimiento , falsedad ideológica,  falsedad de instrumento Publico,  siendo jefe de la SIDE INFORMO EN FORMA OFICIAL QUE NO EXISTIO EL PAGO.-

SERA JUSTICIA !!!



El ex titular de la SIDE Miguel Angel Toma fue objeto de un amistoso y apologético reportaje en Radio Jai por parte de su director, quizás anticipatorio de futuras reivindicaciones a responsables de la impunidad como Carlos Menem y Hugo Anzorreguy.  En el año 2003 publiqué "Caso AMIA-La Deuda Interna",  donde referí los frustrados intentos de Toma de impedir que  se conocieran en el juicio las irregularidades de la SIDE en la investigación del atentado, prohibiendo declarar a sus agentes.  Incluso, hoy día, en este nota radial dice que "no sabe" de dónde salieron los U$400.000 del soborno a Telleldín,  probadamente suministrados por la SIDE.    Sobre este y otros "detalles",  en esta encantadora charla  Miguel Steuerman nada le pregunta, mientras defiende a Beraja y relativiza las escandalosas irregularidades de la causa.


CAUSA AMIA
''Sabemos perfectamente quiénes son y cómo se hizo el atentado''

Miguel Angel Toma, ex titular de la SIDE en 2002, aseguró en Radio Jai que las pruebas contra los iraníes implicados en la causa AMIA son muy claras. “Cuando Interpol pide las circulares rojas para detener a una persona, es porque evaluó las pruebas contra la misma. Interpol tiene reglas muy rígidas para emitirlas”, destacó. Además, disparó contra el piquetero Luis D’elía, a quien acusó de ser “pagado por el terrorismo iraní”, y contra Sergio Burstein, familiar de una de las víctimas de la AMIA y que es muy afín al kirchnerismo: “Tiene intereses económicos para ser funcional al gobierno”.

Lo que en esta increíble entrevista no se le preguntó es porqué en el juicio oral como jefe de los servicios de inteligencia del Estado Toma se negó a que se levantara el secreto sobre los sumarios internos respecto de las irregularidades de la SIDE, y a que los agentes reclamados por el Tribunal Oral Federal 3 pudieran declarar sobre los puntos oscuros de la investigación. Firmó como Secretario de Inteligencia junto al presidente Eduardo Duhalde dos decretos restringiendo esa posibilidad. Y cuando el Tribunal Oral declaró la inconstitucionalidad de esas disposiciones, Toma apeló ante el Tribunal de Casación, con lo cual el juicio oral terminaría antes que esta cuestión fuera alguna vez resuelta. Y así habría ocurrido, de no ser por las decisiones tomadas semanas después por el nuevo gobierno de Néstor Kirchner y el Secretario de Inteligencia Sergio Acevedo a pedido de la AMIA,  levantando el secreto y la prohibición por decreto. 
En el apologético reportaje no existió ninguna pregunta “incómoda” sobre las irregularidades de la SIDE cuyas evidencias brotaron como hongos día a día en el juicio oral. Tampoco sobre su decisión de no levantar el secreto.
Hubiera sido interesante saber,  además,  cómo logró que el testigo "C" modificara su declaración anterior donde imputó a Carlos Menem de haber cobrado una millonaria suma de dinero de los iraníes,  en un banco suizo en el que casualmente apareció una suculenta cuenta a nombre de la familia del riojano.
Tampoco fue preguntado sobre los varios casos de agentes de la SIDE declaradamente nazis y antisemitas que no sólo revistaban en esa repartición del Estado, sino que fueron comisionados a “investigar” el atentado a la AMIA por la propia SIDE. Además de referirnos a Galimberti y a Guglielminetti (colaborador de la querella DAIA), podemos recordar que en 1994 periodistas del diario “La Prensa” habían descubierto a un “coronel Solís” como miembro de un “grupo Cabildo” de la SIDE de ideología nazi, investigando el atentado (“El Zorro en el Gallinero”, “La Prensa” 28-11-94). A raíz de un juicio por injurias que se desarrolló como consecuencia de las notas periodísticas, los periodistas Sergio Moreno y Laura Términe ofrecieron entre sus testigos al secretario y al subsecretario de la SIDE del gobierno de Alfonsín. Bajo juramento, el ex Secretario Facundo Suárez declaró que “al asumir, nuestro mayor problema era persuadir a los agentes que el enemigo no es una conspiración de judíos y comunistas”.  El subsecretario de Inteligencia, Ricardo Natale, declaró en términos similares, agregando que quienes tenían ideas progresistas y además eran judíos eran considerados “subversivos y antinacionales”, según dijo.  Concurrí a esas audiencias, a las que la DAIA jamás asistió.   No fuera cosa que surgieran vinculaciones incómodas.

Este tipo de notas evidencia que frente al cercano juicio por el encubrimiento del atentado, se van a desarrollar sugestivas campañas de reivindicación de los acusados.